martes, 15 de mayo de 2007

Il Quarto Stato

Durante algunos años, me acompaño la imagen del cuadro de Giuseppe Pellizza, cuyo nombre es el que figura en el titulo de hoy. El cuadro, editado en unas magnificas laminas, por los trabajadores del metal, del sindicato en el que milite, decoro con su impresionante majestuosidad, las estancias principales de miles de hogares de trabajadores, que ademas de colaborar con el sindicato, caian rendidos por la fuerza que la imagen transmite. Por si fuera poco, la imgen se hizo celuloide y se proyecto entre nosotros, de la mano de Bertolucci y su Novecento.


Senti y sigo sintiendo varias decenas de años despues, el orgullo de haber trabajado por la defensa de los trabajadores. Es por eso, que desde hace algunos dias, siento el dolor de comprobar como el comportamiento de algunos irresponsables, tira por tierra las justas reivindicaciones de trabajadores en situaciones dificiles o en proceso de negociacion colectiva en marcha.
¿Es necesario a estas alturas, destrozar los elementos urbanos que pagamos todos los ciudadanos, para llamar la atencion sobre los problemas?¿Es justo, provocar la impuntualidad de personas a sus trabajos u otras actividades, por el corte de calles, carreteras o autovias?¿Se imaginan, que los documentos que hoy han tirado por la ventana de un edificio de la Xunta, hubiesen sido de gran importancia para solicitantes necesitados de ayudas vitales?.
Me averguenzo de estos comportamientos, independientemente de que muestre mi solidaridad con sus problemas y que apoye sus reivindicaciones. No se puede pedir la comprension de los demas, al mismo tiempo, que se les causa injustamente un daño que en algunos casos pudiera ser irreparable.

LA WEB NUESTRA DE CADA DIA: La Brujula verde
Da la impresion que algunos han perdido el Norte, confiemos en que alguien los reconduzca al mundo civilizado. Mientras tanto, utilizemos esta brujula que nos guiara por numerosos caminos que no nos dejaran insensibles.

MAS QUE MIL PALABRAS: Milan Art and Design

Lisa y llanamente: Una currante