miércoles, 1 de junio de 2005

Tulipannn Neeeegro

Como un abandono del desodorante en pleno verano, los holandeses nos han dado el segundo No de la semana. Los euroexcepticos, o mejor dicho, los antiZPs, saltan y blincan de alegria. Se les nota en sus disertaciones habladas y escritas y nos quieren poner cara a la pared por habernos juntado con los "perdedores".
¿Como es posible que gente tan lista no hubiera advertido que una vez que Francia diga NO hay que vestirse de negro y no salir a la calle?. Si resulta que el NO de Francia es mas importante que el SI de los demas, la Comision Europea, y sobre todo los que lo tienen tan claro debieran haber advertido, que el orden de hacer referendums era de mayor a menor importancia y asi lo hubieramos hecho (o no) despues de ellos. Si ellos votaban NO, ya no hacia falta que nadie ratificara de ninguna forma. Es mas, se podia añadir a la Constitucion, que los temas a votar se hicieran en Francia y lo que saliera valdria como si lo dijeramos todos, como antes de la Revolucion francesa.

Me parece muy respetable los Sies y Noes de franceses y holandeses, solo pido el mismo respeto para los sies y noes españoles. Si Europa ha salido airosa en peores situaciones de guerras y dictadores, saldra airosa de esta situacion. La Constitucion no es el final del camino, sino el principio y habra que retocarla muchas veces, pero eso es la esencia de la democracia.

Hoy es Nuestra Señora de Luz, asi que en un arranque pseudoreligioso, me emociono recordando los sabados y domingos pasados en mi infancia y juventud cerca del Eremitorio de Ntra. Sra. de la Luz en el monte cercano a Murcia. Caminatas desde Los Garres, subiendo monte a traves con mi padre y mis hermanos. El final de la caminata era el Eremitorio que contaba con una pequeña iglesia y edificios para los hermanos seglares que cuidaban todo aquello. Se dedicaban a fabricar chocolate, escobas, miel y otros productos que vendian bajando a Murcia en burros.
Tenian habitaciones que alquilaban a familias para descanso vacacional y daban de comer a las mismas. El precio de todo ello: la voluntad.
La frecuencia de paso por alli y la corta edad, hacia que me pasaran por alto la prohibicion de paso por las zonas exclusivas de los hermanos, asi lo mismo bajaba al cementerio que habia en un subterraneo, donde estaban enterrados los hermanos fallecidos, que pasaba a los jardines o a las colmenas.
A la vuelta a casa, parabamos en una loma, con la finca de LaCierva a los pies, merendando bocatas de chorizo con chocolate, escuchando en el transistor a pilas LAVIS 760 el Carrusel Deportivo. Nombres que me sonaban familiares pero distantes: Langreo, Ponferradina, Baracaldo, Sestao. Al fondo, contemplabamos la ciudad de Murcia y sobresaliendo, la torre de la Catedral.
Pasan los años, el Carrusel ha cambiado mucho, el chorizo lo tengo prohibido, estoy a varios cientos de kilometros, pero cierro los ojos y veo la imagen de Murcia y la torre de la Catedral, debe ser de noche porque veo como lucecitas brillar,... o quizas son las lagrimas, las que me causan los destellos.