viernes, 23 de septiembre de 2005

La LUCIDEZ que no cesa

En estos tiempos de personajes de todo tipo y condicion, que intentan darnos lecciones, con una autosuficiencia poco contrastada pero profusamente documentada con titulos y honores de lo mas variopinto, emergen personas, que desde la sencillez, con una lucidez atipica a los 94 años, nos hablan de lo humano, que se convierte en divino en sus palabras.
Don Jose Maria Diez Alegria, jesuita de corazon, a pesar de los jerifaltes eclesiasticos, habla de una manera, que uno cierra los ojos, y parece ver a Jesus en las alocuciones al pueblo que le seguia. Amigo y compañero en el Pozo del Tio Raimundo del Padre Llanos.
Acaba de publicarse un libro sobre El y con este motivo, ha sido entrevistado en varios medios de comunicacion. Al mismo tiempo, estos medios, dibujan con prosa en sus paginas, la imagen de esta persona, que sigue siendo fiel a su vocacion, a pesar de las zancadillas y los tiempos que corren.
Una muestra de lo dicho anteriormente, lo podeis encontrar en:
El secuetro de Maria Santisima. J.M. Diez Alegria.
El "sermon" de Diez Alegria. Enric Sopena.
Jesus no esta contento con la Jerarquia Eclesiastica. Entrevista en Religion Digital.
Okupa a los 94 años. El Pais.
Diario ABC.

EL BLOG NUESTRO DE CADA DIA: Resistencia, Chaco, Argentina hacia el Mundo
Acabo de ver en un Blog de Chaco en Argentina, un poema de Pablo Neruda, no lo habia leido nunca, asi que paso a compartirlo con vosotros:

MUERE LENTAMENTE QUIEN...

Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca,
no arriesga vestir un color nuevo
y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente
quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente
quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las "íes"
a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente
quien no voltea la mesa
cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente
quien no viaja, quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente,
quien pasa los días quejándose
de su mala suerte o de la lluvia incesante.

Muere lentamente,
quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce
o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo
exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.

Pablo Neruda