miércoles, 28 de mayo de 2008

Entre fogonazos

Escuchando a Santi Santamaria, me ha entrado un acojono tal, que he llamado al Bulli y he anulado todas las reservas que tenia para los fines de semana de todo el verano. Lo siento por mis invitados, pero buscaremos un sustituto para reunirnos semanalmente.
Bueno, ahora hablando en broma, ¿que le ha pasado a este hombre?; ¿envidia?, ¿celos?. Quede claro por mi parte, que nunca me he deleitado con los platos de Santamaria, ni con ningun otro de los "bajosospecha". Ni creo que nunca me deleite.
Ahora bien, levantar sospechas de que los productos que se emplean son nocivos, sin presentar denuncias ante las autoridades competentes, es una irresponsabilidad tal, que mas parece una riña de programa basura, de los que tan habitualmente se programan.
Todo parece, que los dardos iban dirigidos hacia unos cocineros concretos, pero hablar de quimica y productos nocivos en la cocina, aderezado con multinacionales por medio, pone en la picota a todos los restaurantes del pais, porque la clientela pensara que mas de un producto conservante, saborizante o cualquier otro "ante" emplearan: el miedo es gratis.
Si de verdad tiene constancia de lo que dice, deberia haber hecho las denuncias correspondientes, aportando pruebas y no haciendo una burda imitacion de Gila "alguien ha matado a alguien", en su version cocinera.
Menos mal, que los que no podemos darnos un lujo "Bullicioso", nos deleitamos en el chino del barrio y luego rematamos con un par de pastillas de Almax. Cada uno se alimenta como puede.